domingo, 18 de marzo de 2012

Victoria


Esta vez Victoria estaba en una misión diferente, fuera de la realidad, pues se enfrentaba a un enemigo que era capaz de transformar la realidad por otra alternativa. Ya empezada la misión, después de un enfrentamiento en las calles de la ciudad donde hubo una gran persecución y donde la agente hizo gala de sus habilidades, de repente hubo una gran explosión en un edificio. Victoria y sus colegas tuvieron que huir ante la cercanía de la explosión y de repente todo se volvió oscuro. Ella despertó en un bosque oscuro, donde no había nada más que naturaleza virgen, el olor vegetal la embriago cuando se despertó.

Ella estaba vestido diferente, no con su uniforme policíaco sino con un curioso vestuario forestal, parecía una duende o un elfo o algo parecido, pues llevaba una falda corta y unas botas de cuero, y una especie de camisa sofisticada que dejaba ver su bien formada cintura por el entrenamiento policíaco. Llevaba también accesorios como anillos, muñequeras y unos aretes de piedras como si fueras una especie de princesa elfo o algo así. El enemigo sí que era poderoso, y pensó que al menos se veía bien. Ya no tenía armas, y en su lugar tenía unos artefactos extraños, una especie de varita y una especie de bastón.

Ella caminó inspeccionando el lugar, estaba en una especie de claro del bosque y alrededor se veía oscuro.

Un monstruo salió al encuentro, enorme, como un tigre - dinosaurio feroz y ruidoso, sus fauces se dirigían a la agente, aparentemente dócil y pequeña, que rápido extendió su mano dejando que una ráfaga de poder golpeara al monstruo, dejándolo muerto.

Sólo caminó y caminó, pero no parecía llegar a ningún lado, como si estuviera en un laberinto de árboles. Parecía que esta vez ella tendría que usar más sus poderes.

Todo sucedió muy rápido, primero salieron varios monstruos enormes, tan grandes como los árboles, al menos para Victoria así se veían, y justo antes de usar su poder, una poderosa lanza luminosa se clavo en el suelo a pocos metros de la muchacha. Esta lanza inhibió los poderes de la agente, y ella ya no pudo matar ni dañar a los monstruos… Indefensa, la pequeña Victoria echó a correr, escondiéndose entre los árboles y burlando las fauces de los monstruos.

Finalmente llegó a la varita y la destruyó, ésta pareció atacarla, pues electrocutó a la chica derribándola. Los monstruos la vieron y justo antes de que los dientes se clavaran en ella, ella lanzó un poder. Ella sujetó las fauces del poderoso monstruo y las cerró, luego pateó al otro monstruo mientras esquivaba las mordidas del otro. El poder había funcionado, y ahora ella era igual de poderosa que ellos, pues había aumentado su estatura de forma que fuera más alta y grande que ellos. De hecho los árboles eran más bajos que ella y rápidamente, en medio del ataque, pudo ver a lo lejos unas colinas con luces, eran unas pequeñas casas. Acto seguido, sujetó a otro monstruo y lo aventó contra el suelo, aún siendo ella grande, ellos eran muy fuertes. Ella intentó usar un poder para matarlo, pero no pudo, otra vez no tenía poderes. El enfrentamiento continuó, por lo que ella decidió correr. Sus gigantescos pasos abarcaban varios metros, pero los monstruos la seguían igual de veloces. Los árboles les pasaban de lado. Siguió intentando con sus poderes, pero no funcionaban. Intentó hacerse más alta, pero no pude, sólo siguió corriendo a toda velocidad.

Las casas habían parecido muy distantes, pero Victoria se encontró con la sorpresa que había llegado justo donde estaban ellas. Y había traído a unos malos acompañantes. Se paró en seco enfrente de la pequeña villa, que para Victoria parecía una maqueta escolar, pues las casas le llegaban abajo de la rodilla. La gente de la aldea la miró atónita, y cuando los monstruos llegaron la pequeña gente huyó, los monstruos también eran gigantescos. Victoria corrió lejos de la villa para que los animales la siguieran, pero ellos parecieron haberse interesado más por la villa y por la pequeña e indefensa gente. Victoria fue a defenderla y se enfrentó contra los monstruos con lo que sabía de artes marciales.

Los monstruos no cedían, los golpeaba y los golpeaba y no podía matarlos. Eran tres monstruos, que intentaban atacar a Victoria para cumplir su objetivo verdadero, que era entrar a la villa. Desgraciadamente Victoria se cansó y un monstruo entro a la villa, por lo que Victoria tuvo que arremeter contra él y derribarlo. Sacó al monstruo de la villa pero ella casi pisa dos casas y rozó un edificio cuyo techo daño con sus tobillos. La diminuta gente debería estar aterrorizada adentro de sus casas, y ella se estaba mostrando débil, por lo que se concentró lo más que pudo y destruyó a los monstruos con un increíble poder, los monstruos salieron disparados hacia el bosque, muertos, la explosión del poder de Victoria se escuchó como mil truenos, pero logró su objetivo.

La fuerza había sido tal, que Victoria terminó exhausta y salió de la villa para recostarse. La fuerza había sido tanta que incluso Victoria había crecido unos metros más, así que cayó al pasto de la villa, y se durmió

Victoria ya no tenía poderes, no lo sabía pero cuando despertó y vio que la multitud de habitantes de la villa rodeaba su gigantesco cuerpo, no pudo encogerse a tamaño normal, no pudo hacer nada, había gastado todas sus fuerzas en destruir a los monstruos, y por lo pronto no podía hacer nada más. La gente se alejó cuando ella despertó, pues era en verdad grande y aunque estaban agradecidos con ella, seguía siendo desconocida. Se sentó y miró a la gentecita, les dijo: "Lo siento, discúlpenme, no quise hacer nada de esto" "Nos salvaste" contestó una voz por un altavoz. ¿"Cuál es tu nombre giganta"? "¿De dónde vienes?" La chica se levantó, imponiendo su estatura haciendo que la gente retrocediera lo más que pudo. "Soy Victoria, y vengo de la ciudad, no sé porqué estoy aquí"

La gente le ofreció comida y bebida, la llevaron a un lago a la que Victoria llegaba en sólo un par de pasos para que bebiera y se refrescara, le dijeron que había matado a unos monstruos a los que se les tenía que hacer muchos ofrecimientos para que no se los comieran. Ella era tan grande que el edificio más grande de la villa llegaba a sus rodillas, y no podían ofrecerle más comodidad que una gigantesca cama hecha de hojas de árboles que le construyeron.

La gente le dijo que ella era muy poderosa, que seguramente podría aplastar a cualquier enemigo, como aquel que vivía en un castillo en lo más lejano del espeso bosque, atrás de las montañas. Ella les explicó que aunque para ellos ella era muy grande y fuerte, seguramente no le bastaría eso para vencer a nadie, ya que estaba en un mundo desconocido y si no había podido vencer a unos monstruos sin quedarse sin poderes, no podría vencer a un verdadero enemigo, poderoso e inteligente.

La giganta se quedó unos días más en esa villa, y pronto partió hacia donde el castillo. Frecuentemente intentaba usar poderes pero no podía, pensó que había sido un alivio quedarse de ese gran tamaño. Caminó y caminó entre los árboles que llegaban a su cintura, era como caminar entre un mar de árboles, y no tuvo compañía por varios días. Bebía agua de los lagos, y comía pedazos de árboles y miles y miles de hongos que tomaba del suelo, muy nutridos, y que conseguía arrancando una enorme cantidad de tierra con hongos. No sabían tan mal, y la mantenían fuerte. Muy pronto vio otra villa, más grande que la anterior, y decidió visitarla pero no fue bien recibida, un ejército salió a recibirla con una nube de flechas y disparos que, si bien sólo le hicieron cosquillas en las rodillas, no la hicieron sentir bien. Victoria ignoró la agresividad de la gente y, sabiéndose mucho más poderosa, entro a la villa caminando entre ella, viendo si podía encontrar algo útil.

La gente huía y se metía a sus casas, las que Victoria fácilmente hubiera podido arrancar del piso. Pensó que sería una villa descortés e inútil, así que se dispuso a irse, cuidadosamente caminó fuera de la villa para no pisar ni dañar nada. Pero entonces, un enorme rayó golpeó la villa, destrozando casas enteras. La gente gritó despavorida, y Victoria simplemente vio como hordas de gente corrían fuera de la villa. Ella se concentró pues tendría que pelear al parecer. Más rayos golpearon la villa, y guiaron a la gente a huir hacia Victoria. Victoria vio como ríos de gente pasaban entre sus pies, aparentemente le habían perdido el miedo.